Un juez da una paliza a su hija por descargar música y juegos a través de P2P

Un juez da una paliza a su hija por descargar música y juegos a través de P2P

Redacción

Terribles y lamentables imágenes las que hemos conocido a través de Torrentfreak.com. Aunque el suceso aconteció hace años, en ellas se puede ver a un juez estadounidense castigando a base de golpes a su hija de 16 años por haber descargado canciones y juegos a través de redes P2P en su hogar.

Descargar contenidos protegidos con derechos de autor es una práctica considerada ilegal en algunos países. Estados Unidos es uno de ellos. Allí es frecuente la denuncia y envío de cartas a los usuarios de P2P en las que se les solicita el pago de altas cantidades para no ser llevados ante la Justicia, donde la sanción podría ser mayor.

Sin embargo, hoy nos hacemos eco de un «castigo» con grandes dosis de crueldad que tiene como protagonista al juez estadounidense del condado de Arkansas (Texas) William Adams. Su víctima: su propia hija de 16 años. Un vídeo (cuyas imágenes pueden herir sensibilidades) muestra cómo Adams se erigió hace unos años en juez a la vez que verdugo, junto con la colaboración de su mujer, para castigar a su hija Hillary por utilizar el famoso programa P2P KaZaA que le había permitido descargar música y juegos con copyright.

La explicación para que el bochornoso castigo físico al que le someten esté grabado en vídeo es que la joven, que ahora cuenta con 23 años, tenía desde su infancia una parálisis cerebral que le hizo apasionarse por la tecnología e instalar una cámara en su habitación, lo que olvidaron sus padres a la par que agresores. Tras contrastar las imágenes y la voz del protagonista se confirmó que se trataba del juez Adams.

La agredida admite que ha decidido publicar el vídeo como forma de venganza hacia su padre, cuya reelección en su cargo se decidirá en los próximos días y esto es algo que no quiere que suceda por formas de actuar como ésta. Se trata, no obstante, de un caso tan condenable como (creemos) excepcional en la clase judicial, pero esperemos no volver a ser testigos de algo similar.

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