Las conexiones de fibra óptica hasta el hogar (FTTH) despegan en gran parte de Europa. Aunque en España se ha notado una notable mejoría en la cobertura de las redes de última generación, aún queda camino por recorrer si se quiere llegar a niveles de países como Ucrania.
El mercado de las conexiones de banda ancha más veloces ha vivido un gran impulso durante la primera mitad de 2011. Así lo ha comunicado el FTTH Council Europe, que cuantifica en un total de 5 millones los suscriptores a conexiones de fibra óptica hasta el hogar en nuestro continente (excluyendo a Rusia en estos resultado).
De éstos, tomando como datos los resultados del último informe de la Comisión del Mercado de las Telecomunicaciones (CMT), tan sólo algo más de 100.000 líneas en nuestro país son FTTH. Esto sitúa a España en una de las últimas posiciones del ránking europeo en cuanto a conexiones de alta velocidad. Todo lo contrario sucede en gran parte de países del Este, donde la fibra óptica está a la orden del día y países como Rumanía, Lituania o Ucrania destacan incluso a nivel mundial.
En la citada exrepública soviética se hallan alrededor de 450.000 usuarios con conexiones FTTH, lo que supone una tasa de penetración de este tipo de banda ancha del 2,2%. Muy cerca hallamos a Hungría, que por el momento cuenta con 235.000 suscriptores según los datos publicados por Europa Press. Además, el plan en el país magiar es conseguir que al menos el 30% de sus hogares naveguen a 100 megas de velocidad en 2013, por lo que está ampliando su cobertura.
Lituania sigue liderando en este sentido ya que el 26,6% de sus hogares en la actualidad acceden por FTTH a Internet. Por detrás encontraríamos a Noruega, Suecia, Eslovenia, Rusia, Eslovaquia, Letonia, Bulgaria, Estonia y Dinamarca, con tasas de penetración de más del 6%. Sin embargo, no encontramos en estos primeros puestos a otros países como Reino Unido, Alemania o Francia, y ni mucho menos España.
Así pues, los citados estados son espejos donde España debería fijarse para aprender y desplegar de forma definitiva las redes por las que pasa el futuro de las telecomunicaciones fijas. Las previsiones no son muy halagüeñas pero esperemos que una nueva regulación por parte de la CMT impulse el desarrollo de estas necesarias infraestructuras.