Cultura repartirá 600.000 euros en guiones que no tienen por qué acabar en película

Ya conocemos las cantidades asignadas por el Ministerio de Cultura en subvenciones para guionistas a entregar en el recién estrenado 2011. Las cifras son similares a las invertidas en 2010, con un total de 40.000 euros asignados a 15 guionistas, lo que supone un total de 600.000 euros. Las cantidades se asignan aunque los guiones no lleguen a convertirse en películas.
La ministra de Cultura, Angeles González-Sinde, repite las asignaciones económicas para subvencionar al gremio de guionistas en nuestro país. Casualidad o no, precisamente ésta es la profesión de la ex presidenta de la Academia del Cine. Las cantidades son exactamente las mismas que ya repartiese para el año 2010 y de las que os informamos en octubre de 2009.
Según leemos en El Confidencial Digital, los 40.000 euros que se asignarán a los guionistas que opten a estas ayudas están considerados como «recursos anticipados en concepto de ayudas al desarrollo». De este modo, se supone que servirán para costear los castings, las gestiones para acceder a otras ayudas y subvenciones económicas así como asesoramiento y búsqueda de localizaciones.
Enmarcada dentro de Ley de Cine aprobada por el Gobierno en 2007, la asignación de estas ayudas corresponde al Fondo de Protección a la Cinematografía. Entre los aspirantes se elegirán a 15 teniendo en cuenta la viabilidad cinematográfica del proyecto, la originalidad y la calidad del guión y la historia profesional del guionista. En principio no se valorarán los criterios de rentabilidad en taquilla pero sí «historias sobre situaciones de gran impacto social«.
Uno de los aspectos más polémicos en la asignación de ayudas es que en caso de empate entre varios candidatos, será fundamental el criterio de género. Esto se traduce en que si dos candidatos tienen una misma valoración tendrán preferencia en recibir las ayudas las mujeres.
Aunque se trata de la aplicación de una ley anterior a la designación de Angeles González-Sinde, pocos dedos parecen haber movido desde el Gobierno para que el cine español deje de ser subvencionado. También hay que tener en cuenta que la culpa de que estos guiones no lleguen a convertirse en películas no es de los guionistas sino de la industria pero cabe preguntarse hasta qué punto hay necesidad de que el Estado continúe colaborando con un negocio que finalmente va a parar a manos privadas.