«Los usuarios que cuelgan archivos en redes P2P como BitTorrent o eMule no lo hacen movidos por el dinero, se sienten Robin Hoods de la nueva era digital«. Esta es una de de las conclusiones de un reciente estudio que analiza el fenómeno P2P publicado en Reino Unido y que asegura que el altruismo puede más que el dinero a la hora de compartir archivos.
El economista británico Joe Cox es el responsable del estudio para la Escuela de Negocios de la Universidad de Portsmouth. En él se han analizado las características, motivaciones y los diferentes comportamientos entre los distintos tipos de usuarios de P2P. Para realizarlo, Cox se basó en un estudio realizado entre más de 6.000 usuarios que admiten el uso de estos programas.
Entre los encuestados se comprobaron sus hábitos a la hora de compartir archivos, su estado socio-económico y su idea respecto a la legalidad de compartir archivos protegidos con derechos de autor. Entre las conclusiones a las que ha llegado Cox destaca la idea que aquellos que ponen en circulación archivos con copyright tienen de ellos mismos. «Muchos de ellos se ven a sí mismos como una especie de filantropistas, los Robin Hoods de la era digital. Creen que sus actividades no deberían considerarse ilegales, lo que significa que no ven adecuado ningún castigo por llevarlas a cabo», señala Cox.
El propio Cox se muestra sorprendido por el hecho de que sea ésa la motivación que lleve a los usuarios a compartir archivos. «Es sorprendente comprobar cómo ellos se muestran motivados por sentimientos de altruismo, espíritu de comunidad y búsqueda de reconocimiento entre la comunidad P2P«, admite. Por otro lado, el economista cree que el P2P ha afectado a la industria creativa de forma negativa a pesar de esta motivación filantrópica entre los usuarios y lo considera «una amenaza significativa en términos de pérdida de puestos de trabajo».
La conclusión del estudio es cuanto menos curiosa si tenemos en cuenta el retrato que desde la industria cultural se ha hecho de aquellos usuarios que acostumbran a compartir archivos a través de redes P2P, calificados como «piratas» o «saqueadores». Por supuesto, habrá quien se enriquezca con las descargas, algo totalmente condenable, pero ni parecen ser tantos como se dice ni, según vemos en otros estudios y en cifras oficiales, el daño en la industria es tan trágico.