El director de cine Bigas Luna acusa a los operadores de aprovecharse de su trabajo

El director de cine Bigas Luna acusa a los operadores de aprovecharse de su trabajo

Redacción

Juan José Bigas Luna, director de cine español, ha aprovechado la presentación de su última película «Di-Di Hollywood» para afirmar que los operadores de telecomunicaciones «hacen el agosto con las descargas» y por tanto se benefician por un trabajo que es ajeno a ellas como es la producción cinematográfica.

Como podemos leer en Portaltic.es, Bigas Luna ha indicado que la sociedad española «vive en la Edad Media de la era digital», donde los operadores se aprovechan del trabajo realizado por la industria cinematográfica. Según el director, las compañías cobrar a sus usuarios por su conexión pero no pagan absolutamente nada a los productores de estas películas.

Bigas Luna ha criticado que «nadie se atreve con las operadoras». «Yo quiero que la gente vea lo que hago», pero «lo que no me parece justo es que a este señor le cobren y a mí no me paguen», ha señalado, aunque cree que la situación «cambiará en unos dos años». El artista cree que los operadores deberían arribar el hombro a la industria cultural dado que algunas de las nuevas películas como las suyas están pensadas para ser vistas en los nuevos teléfonos móviles gracias a la banda ancha inalámbrica.

La cuestión planteada por el cineasta tiene complicada resolución. Precisamente los operadores han lanzado un mensaje similar al pretender cobrar a los proveedores de contenidos en Internet como Google o Microsoft por utilizar sus redes para facilitar la información. Google u otras compañías como Skype creen que sin sus contenidos no tendrían sentido las redes, por lo que se niegan a pagar a los operadores, mientras que Microsoft se mostró más conciliador en la última semana cuando anunció que pagaría para mejorar las infraestructuras de los operadores.

En este caso la situación da una vuelta de tuerca, porque es complicado demostrar que los operadores se aprovechan realmente de la producción artística, ya que ellos facilitan una conexión a Internet y luego es el usuario quien opta por navegar, descargar, escuchar o visualizar contenidos a su gusto salvo que el operador ponga restricciones a ciertos servicios como sucede con el P2P en las conexiones móviles.

Lo que parece claro es que tanto el mundo del cine como el de la cultura en general deberían adaptar su modelo de negocio a los nuevos tiempos que corren por Internet y dejar de culpar y señalar a agentes externos de sus supuestos problemas económicos.

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