Aunque el slamming, o el robo ilegal de clientes entre operadores no es una práctica muy extendida se sigue produciendo y ocasiona grandes transtornos a los clientes afectados. Nos acaban de enviar una denuncia en la cual un cliente de ADSL de Telefónica dejó de tener servicio de forma repentina y cuando se puso en contacto con Telefónica le informaron que su línea había sido robada.
El gobierno firmó el mes pasado una orden ministerial que prohíbe este tipo de prácticas y dificulta el robo de clientes ya que actualmente los operadores tienen que demostrar que el alta es consentida si hay una reclamación, pero, cuando no lo es o se produce un hecho similar ¿Qué debemos hacer?
Lo primero que hay que hacer es ponerse en contacto con la Oficina de Atención al Usuario de Telecomunicaciones donde se pueden denunciar los hechos.
En el caso de que el operador no pueda demostrar que el usuario se ha dado de alta deberá anular las facturas emitidas, devolverle el dinero y, además, supondrá la apertura de un expediente sancionador con la consiguiente multa.
La nueva orden también regula los retrasos en el alta del servicio solicitado. Cuando los operadores incumplan los plazos establecidos, los usuarios podrán darse de baja inmediatamente sin necesidad de esperar los 15 días establecidos en la normativa.
Una vez se publique la orden en el Boletín Oficial del Estado, las compañías tendrán la obligación de enviar a sus abonados, dos veces al año, un documento en el que les informe de sus derechos, entre otros: darse de baja en cualquier momento; el procedimiento establecido para ello; conocer las modificaciones contractuales con un mes de antelación; el derecho a recibir una compensación por la interrupción del servicio. Además, en las facturas deberán aparecer los números de atención al cliente de la compañía, el de la Oficina de Atención al Usuario de Telecomunicaciones y el del Ministerio de Sanidad y Consumo.