Una innovadora fórmula para atraer a los espectadores a las salas de cine se estrena en Barcelona. Es allí donde un cine ha decidido apostar por una tarifa plana anual que permite la entrada por 30 euros al año. Se trata de un ejemplo que debería ser referencia en el resto del país.
En las últimas semanas hemos reflexionado sobre el problema al que se enfrentan los cines españoles. La falta de público empieza a ser preocupante y en junio se llegó a registrar el peor fin de semana de los últimos años en lo que a asistencia se refiere. Ante esta situación muchas salas han acabado por cerrar, mientras que las que se mantienen se ven obligadas a mover ficha y parece que empiezan las primeras iniciativas para salvar el sector.
Aunque sea de forma puntual y excepcional por ahora, cabe destacar el caso de los Cines Girona, situados en la calle del mismo nombre en Barcelona. Como leemos en Ara.cat, de forma promocional entre hoy día 10 y hasta el próximo 14 de julio han lanzado una tarifa de 30 euros que permitirá a sus compradores entrar al cine de forma ilimitada durante lo que resta del año y los primeros siete meses de 2014.
El objetivo de este movimiento es doble. Por un lado se espera volver a atraer al público a las salas, mientras que por otro más concreto buscan obtener una parte importante de los 60.000 euros que precisan para digitalizar una de las tres salas del complejo y así continuar manteniendo el espíritu independiente de este cine sin estar condicionada a ciertas empresas que facilitan la digitalización de las salas.
El abono, que cuenta con dicho precio siempre que lo adquieran en las plataformas Atrápalo y Letbonus y que es de 50 euros si se adquiere en las taquillas directamente, permite la entrada al recinto hasta el 31 de julio de 2014 en cualquier proyección. La excepción del mismo será la de las películas de los festivales que tengan lugar en este cine y las proyecciones de ópera que se celebran en el mismo de forma regular, para las que habrá que pagar la entrada correspondiente.
Así pues, un espejo en el que mirarse y ejemplo a seguir por muchas otras salas cuya innovación para atraer público brilla por su ausencia. ¿Qué os parece la iniciativa? ¿Estaríais dispuestos a pagar 30 euros al año para asistir sin límite al cine?