Esta tecnología aísla al coche del ruido exterior, pero ¿tiene sentido?

Esta tecnología aísla al coche del ruido exterior, pero ¿tiene sentido?

Carlos González

Cuando compras un coche premium, y no un generalista, pagas de más por muchas cosas. Una de ellas es el aislamiento, tanto térmico como acústico –que va ligado casi de forma directa-. El ‘ruido’ que se cuela al habitáculo de un vehículo depende de la aerodinámica y de la mecánica, así que evitarlo pasa por el diseño del mismo, pero también por la utilización de materiales aislantes que reduzcan su entrada y no su producción. Bose, sin embargo, apuesta por la cancelación de ruido, que más que una solución es un parche.

Para que un vehículo sea silencioso en su interior, los neumáticos tienen que serlo, la carrocería debería ser lo más aerodinámica posible, el motor debería estar correctamente aislado y toda la carrocería debería contar con el correspondiente y correcto aislamiento térmico y acústico. Todo esto influye en lo que se denomina confort de marcha, como concepto más amplio, y es una de las piezas clave en la diferenciación entre un vehículo premium y un modelo generalista. Pero todo ello conlleva un importante sobrecoste por vehículo producido, y la apuesta de Bose es bien distinta: QuietComfort es como se denomina.

Cancelación activa de ruido aplicada al vehículo: así es como Bose quiere que viajemos en nuestro coche en absoluto silencio

Bose ya ha demostrado su capacidad en este ámbito, porque sus auriculares destacan por la tecnología de cancelación activa de ruidoANC –Active Noise Cancellation-. El se basa en el principio de superposición de la teoría de ondas; mediante un sonido artificial, con ondas de baja frecuencia, se provoca la interferencia destructiva. Es decir, se emite un ‘sonido opuesto’ para interferir en el original y eliminar el ruido, explicado de la forma más sencilla posible. Esto es lo que Bose quiere llevar a los coches con QuietComfort, usando acelerómetros, micrófonos, un software de procesamiento de señal y, por supuesto, altavoces.

Se pretende llevar a producción en el año 2021, cuando cada vez serán más los coches eléctricos disponibles en el mercado. Y estos coches no tienen ruido de motor, aunque sí de rodadura y aerodinámicos. Pero ¿por qué no tiene demasiado sentido? Porque como decíamos, el aislamiento acústico de un vehículo está ligado al aislamiento térmico, que es imprescindible para no perder la temperatura del habitáculo, aunque esto implique un mayor peso del vehículo y afecte por tanto a la autonomía.

También porque, teniendo en cuenta las limitaciones de los sistemas eléctricos de propulsión, y la tendencia hacia el coche eléctrico, lastrar la batería del vehículo no tiene demasiado sentido porque perjudica a la autonomía. Y en último lugar, que no menos importante, porque ya sabemos que esto implicará un importante sobrecoste respecto a la utilización de materiales sintéticos aislantes, los que se usan actualmente.