En el ámbito del audio, el aislamiento acústico es fundamental para una experiencia perfecta. Es algo que se cumple a pies juntillas en los estudios de grabación de música, donde hay decenas de paneles que se encargan de reducir la entrada de ruido exterior y de eliminar el ‘rebote’ de determinadas frecuencias contra las paredes. Pero para los usuarios, para quienes escuchan música, hay otra forma de aislamiento y se denomina cancelación activa de ruido. La tecnología ‘noise cancelling’ es la que permite una mejor experiencia en la reproducción de música.
El aislamiento acústico en sistemas de audio se logra, por ejemplo en los auriculares, con los diseños in ear –para auriculares tipo botón- o con materiales aislantes en los sistemas que conocemos como ‘cascos’. Diferentes ‘espumas’ se encargan de evitar que entre ruido externo al oído del usuario, y de esta forma se logra que se perciba únicamente el sonido del audífono. Pero el material aislante, sea de una u otra forma, no es más que una técnica pasiva para el aislamiento acústico; la cancelación activa de ruido, sin embargo, es una tecnología activa que se encarga de interferir ondas.
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Basándose en el principio de superposición de la teoría de ondas, esta tecnología produce una onda de baja frecuencia. Se genera una onda de sonido artificial, la cual se suma a la original –el ruido en cuestión- provocando la cancelación total o parcial gracias a la interferencia destructiva. En auriculares y sistemas de sonido con esta tecnología de cancelación activa de sonido, contamos con un circuito electrónico que genera una onda sonora, una señal artificial –como decíamos- gracias a la incorporación de uno o más micrófonos que recogen el ruido externo.
Al recoger el ruido externo, el equipo de audio lleva a cabo el procesado del mismo y genera una señal idéntica, pero de fase opuesta para que, al ‘juntarse’ con la señal original, se produzca este efecto de interferencia destructiva. Evidentemente, aunque muchos dispositivos cuentan con un sistema de cancelación activa de ruido, no todos funcionan con la misma eficacia, pero es fácil que reduzcan el ruido externo en más de 20 dB.
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En tanto que este tipo de auriculares requieren de un micrófono y procesador, también es necesario para ellos un sistema de alimentación externa. Es decir, necesitan batería de algún tipo para nutrir esta tecnología. En auriculares Bluetooth no es un problema, porque sí o sí tienen que contar con batería o pilas; sin embargo, en sistemas cableados tenemos que estar pendientes de la alimentación, lo que indudablemente es una desventaja.
Además, esta tecnología lleva a cabo un procesado de señal, lo que en algunos casos puede producir degradaciones en la calidad de la misma. Este es otro inconveniente, que sin duda se acentúa en sistemas de coste más reducido. Ahora bien, y aunque son más caros este tipo de auriculares, a priori deberían prestar una mejor experiencia de reproducción de música. Quizá la tecnología de cancelación activa de ruido sea prescindible, o incluso innecesaria, si disfrutamos de nuestra música en ambientes silenciosos. Pero si quieres unos buenos auriculares para la ciudad, o para ir en el transporte público, la cancelación activa de ruido debería ser casi un requisito en tu próxima compra.