La fibra de carbono puede solucionar los problemas de los coches eléctricos

La fibra de carbono puede solucionar los problemas de los coches eléctricos

Carlos González

El gran problema de los coches eléctricos, ahora mismo, está en precio y autonomía. Y ambos factores se reducen a la batería de estos vehículos; que además de pesada es costosa, y tiene un futuro preocupante por la disponibilidad de cobalto. Pero ¿y si toda la carrocería fuera ‘batería’? Eso es lo que han conseguido investigadores en un reciente estudio, según el cual se podrían usar depósitos de fibra de carbono como electrodos de la batería. Se puede trabajar en el tamaño y la orientación de las fibras para que las prestaciones electroquímicas y la rigidez lo permitan.

Sobre las baterías de iones de litio actuales hay un cierto margen de mejora para la densidad energética. Sí, pero si se quiere una mayor autonomía, se requiere una batería más grande, y también más pesada. Esto, como es evidente, juega en contra del mismo factor –que es la autonomía- porque se tiene que ‘arrastrar’ una masa mayor que implica mayor esfuerzo para los motores eléctricos. Sin embargo, este estudio asegura que el peso de un vehículo eléctrico se podría reducir en hasta un 50%. Lo que no se podría resolver es el problema del precio, al menos por el momento, porque la fibra de carbono también es cara.

Coches eléctricos con ‘carrocería’ de fibra de carbono para sustituir a las baterías de iones de litio actuales ¿tiene sentido?

Este tipo de estudios llevan hasta prototipos válidos, pero que no necesariamente tienen por qué desarrollarse a nivel comercial. O que pueden hacerlo en varios años de distancia. Sea como fuere, es un avance en paralelo a la tecnología y arquitecturas actuales que se utilizan para los coches eléctricos. La fibra de carbono se podría utilizar únicamente para algunos componentes de la carrocería y que, de esta forma, se combine esta construcción y almacenamiento energético con las tecnologías actuales. De esta forma, se reduciría el peso y se mejoraría la autonomía con una mayor capacidad de carga energética.

Si se combina esta construcción en fibra de carbono con las baterías de iones de litio actuales, se puede afrontar la escasez de cobalto, reducir el peso, mejorar la autonomía, y no aumentar el coste de los coches eléctricos, al menos, de manera destacable.