Barcelona toma el camino opuesto a Munich: Open-Xchange, Mozilla, OpenOffice y Ubuntu
El eterno dilema entre el software libre y el software propietario no va a acabar nunca. Cada uno tiene sus ventajas, siendo la gratuidad del libre uno de los mayores alicientes que llama la atención de las administraciones públicas. Este tipo de entidades, como los ayuntamientos, se dejan grandes cantidades de dinero en software y licencias, por lo que pasar a usar software libre permite ahorrar dinero; o eso parece a simple vista. El Ayuntamiento de Barcelona quiere demostrarlo.
El Ayuntamiento de Barcelona dará el salto al software libre
Mientras que el Ayuntamiento de Munich ha tenido que dejar atrás el proyecto de pasar toda su administración a Linux por los problemas de incompatibilidad o inexistencia de software (que incluso ellos mismo a veces tenían que crear, dando lugar a programas muy por detrás del resto de la industria), el Ayuntamiento de Barcelona va a tomar el camino inverso, y van a intentar dejar de utilizar software propietario.
Como alternativa, el Consistorio va a apostar por las pymes locales y el software libre invirtiendo el 70% del presupuesto en software no propietario. Por ejemplo, en menos de un año dejarán de usar Outlook para migrar de Microsoft Exchange a Open-Xchange. La idea, de momento, es que se deje de utilizar todo el software posible de Microsoft, quedando sólo como base el sistema operativo. Para crear software se añadirán también 65 nuevos funcionarios.
Otros programas que se sustituirán serán Internet Explorer por Mozilla, u Office por Open Office. En un futuro la idea sería dejar de utilizar también Windows en favor de Ubuntu (que ya se usa en 1.000 ordenadores como prueba piloto), aunque esto presenta muchísimos problemas porque no todos los programas están disponibles para el sistema operativo, y siempre es bueno poder echar mano de un programa de software propietario en el caso de que haga falta. En el caso de Munich, estimaban que la mitad de los 800 programas que necesitaban no funcionaban en Linux, y otros requerían modificaciones.
Principales ventajas: sin coste de licencias ni contratos de décadas de duración
Con esto, el Ayuntamiento se convierte en la primera entidad en participar en el movimiento Public Money, Public Code, que busca que software creado con el dinero de los contribuyentes sea de libre acceso. Estos programas también pueden ser aprovechados por otros ayuntamientos y entidades. Por ejemplo, Sentilo, que es su plataforma de monitorización de sensores, se usa en Dubái y Japón.
El objetivo principal es, por tanto, ahorrarse el dinero que cuestan las licencias. Esto también tiene otro efecto deseado, que es evitar tener que estar ligado a una empresa durante mucho tiempo, ya que este tipo de contratos con administraciones públicas se suelen cerrar para varias décadas. Si no estás ligado a un programa, y aparece uno nuevo que es mejor, puedes migrar a él sin problemas. Incluso si se abandona un programa, al ser de libre acceso y modificación, puede adaptarse y seguir actualizándose por otra persona o por el propio ayuntamiento.
Otro de los objetivos del Ayuntamiento de Barcelona es mejorar la protección de datos de sus ciudadanos, así como también facilitar la comunicación con otras administraciones europeas al compartir datos de Big Data con ellos. Esto permite analizar variables en tiempo real para aportar soluciones más rápidas para los ciudadanos, como conocer el tráfico o las zonas deshabitadas de una ciudad.