Siempre que sea posible, la conexión a Internet por cable es la mejor opción. Ahora bien, cuando hay que recurrir al WiFi porque el router está demasiado lejos –o por el motivo que sea-, y tenemos que hacer llegar la conexión al ordenador, hay una duda importante que resolver: ¿es mejor por PCIe, o por USB? A priori, los adaptadores deberían dar las mismas prestaciones, pero hay diferencias a contemplar entre ellos. Te contamos cuáles son sus ventajas y desventajas particulares.
La diferencia que salta a la vista, y que todos conocemos, es la de conexión. En el caso de un adaptador de WiFi por USB podemos conectarlo dentro o fuera de la torre –aunque es recomendable fuera-, y un adaptador de red PCIe sólo se puede conectar en el interior de la misma. La dificultad, en cualquier caso, es idéntica, porque desmontar la torre –una de las tapas laterales- para conectar la placa PCIe es realmente sencillo. Así que hay que revisar otras diferencias para comprobar, realmente, cuáles son las ventajas y desventajas de los adaptadores de red WiFi por PCIe y por USB.
Más antenas, mejor conexión a Internet
En los adaptadores de red inalámbricos por USB lo habitual es que sólo contemos con una antena. Esto reduce las prestaciones del equipo, y lo conveniente es una tarjeta de red con dos o incluso tres antenas, algo más sencillo de encontrar entre las que utilizan el formato PCIe. Sobre todo, porque así podemos hacer uso de la tecnología MU-MIMO, el uso de entradas y salidas múltiples de señal y el multiplexado espacial. Esta tecnología nos va a ayudar a conseguir una mejor conexión a Internet con más intensidad de señal y mayor velocidad de transferencia.
¿Sólo WiFi? También hay adaptadores con Bluetooth
Hay que revisar las especificaciones técnicas de cada modelo, como es evidente, pero entre los adaptadores de red WiFi por PCIe encontramos multitud de dispositivos que, además de ser compatibles con varios estándares WiFi, también ofrece soporte para conectividad Bluetooth. Una opción a considerar si, por ejemplo, vamos a utilizar periféricos que aprovechen esta conexión. O, incluso, para conectar el teléfono inteligente a nuestro ordenador y hacer por esta vía cualquier tipo de transferencia de archivos.
Movilidad y resistencia de los adaptadores de red
Pero hay un problema con los adaptadores PCIe, y es que no son tan fáciles y rápidos a la hora de cambiarlos a otro ordenador. Es decir, con un ‘pincho USB’ para la conexión por WiFi tenemos muy sencillo el extraerlo y utilizarlo en otro PC. Sin embargo, llevarnos una tarjeta PCIe requiere volver a abrir el ordenador, con su correspondiente encendido y apagado en este proceso, y con las precauciones que corresponden con la electricidad estática. Y si queremos usar un adaptador de red WiFi en el ordenador de sobremesa y en el portátil, por ejemplo, en el caso de una PCIe será bastante más complicado encontrar uno que sirva para los dos.
Eso sí, también hay que tener en cuenta que los adaptadores de red WiFi por USB, especialmente los que están diseñados en formato pendrive, son bastante más frágiles. Están expuestos en mayor medida, y posibles golpes pueden ir deteriorando la conexión del ordenador, o la del propio adaptador de red. En este sentido, el PCIe vuelve a tener una ventaja, pero el adaptador por USB nos ofrece la suya propia con mayor versatilidad.
¿Qué hay de las interferencias y obstáculos?
En uno de los puntos anteriores comentábamos que, si es por USB, mejor conectarlo a un puerto externo y no a uno de los internos –que solemos tenerlos en la torre del ordenador, directo a la placa-. Y esto es porque pueden darse problemas de conectividad por las interferencias de las superficies metálicas. Eso sí, también en el caso de una placa PCIe para la conectividad WiFi, que esté entre la torre y la pared implica que haya obstáculos hasta el router. Por lo tanto, en este sentido deberían ser los adaptadores WiFi por USB los que menos problemas nos provoquen.
Entonces ¿cuál me debería comprar?
Cada formato tiene sus ventajas y desventajas, y lo que debemos considerar es cómo y para qué lo vamos a utilizar. Según esto, entonces deberíamos tomar una decisión teniendo en cuenta, por otro lado, que con un adaptador por USB estaremos perdiendo un puerto 3.0 –de alta velocidad- a no ser que queramos perder prestaciones usando el estándar anterior. En definitiva, cada cual tiene sus propios inconvenientes, y también hay que valorar los modelos concretos entre los que estemos debatiéndonos.