La lucha contra la piratería de películas, músicas y software en nuestro país se ha recrudecido desde la entrada en vigor de la reforma de la Ley de Propiedad Intelectual, pero a veces el acecho de la Policía Nacional no es suficiente para parar los pies a bandas de piratería organizadas capaces de producir decenas de miles de copias ilegales para ponerlas a la venta por las calles españolas. Ahora, una de las redes más importantes de Madrid ha vuelto a activarse y quiere evitar nuevas detenciones de sus miembros.
Una de las bandas de piratería más importantes de España vuelve a estar activa según afirma el diario El Mundo, el cual ofrece datos sobre la reactivación de una red que había sido golpeada el pasado mes de febrero con la detención de tres de sus miembros a manos de los agentes de la Policía Nacional. Ahora, la banda podría volver a estar operativa en Lavapiés y han tomado nuevas medidas de seguridad para evitar nuevos arrestos.
El pasado 19 de febrero, la Policía llevaba a cabo una gran redada en la que se incautaba de 45.000 CDs y DVDs repletos de material ilegal que iban a venderse en la calle. Ahora, vecinos del barrio de Lavapiés denuncian que la banda vuelve a estar activa ya que se aprecia a personas trabajando en la vivienda de la calle Amparo del popular barrio madrileño, donde parece estar establecida la sede de esta organización.
Vigilancia para evitar las redadas de la policía contra el material pirata
En esta ocasión, el diario afirma además que una persona vigila constantemente los aledaños del portal de la vivienda con el objetivo de controlar y avisar a la gente del interior a la mínima sospecha de la presencia de agentes de la Policía Nacional, aunque para poder proceder con arrestos es necesaria la obtención de una orden judicial que pocas veces llega.
Según algunos habitantes de Lavapiés, en el interior de la casa hay personas trabajando con ordenadores de forma constante y estarían preparados para que en caso de aviso por medio de teléfonos móviles al presentarse la policía, las luces se hayan apagado previamente y las persianas bajado para no abrir la puerta a las fuerzas de seguridad. Los agentes se verían incapaces de actuar en dicho supuesto al no contar con un mandato judicial que les permitiera registrar la vivienda en busca de cualquier indicio de piratería.
Se estima que el material pirata que los agentes incautaron hace apenas dos semanas, estaría valorado en cerca de 100.000 euros, lo que da buena muestra del lucrativo negocio de esta organización a la que relaciona con varias mezquitas musulmanas de la zona.
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