Con las últimas actualizaciones de Unicode, los emoticonos han introducido algunos cambios y ‘matices’ para evitar la discriminación de las diferentes orientaciones sexuales, religiones y ‘razas’. O como mejor se entiende, efectivamente ahora los emoticonos no son sólo amarillos, sino que los hay negros, blancos y amarillos. Y ya no sólo hay besos entre mujer y hombre, sino que también hay ‘emoticonos homosexuales’. Y estos últimos, los que representan al ‘colectivo LGBT’, son los que han estado en el punto de mira esta semana, culpa del gobierno de Indonesia.
Pretenden retirar los ‘emoticonos homosexuales’, y en defensa del colectivo LGBT la organización Human Rights Watch ha emitido un comunicado al presidente de Indonesia para que defienda los derechos de los homosexuales y se posicione en contra de lo que, evidentemente, no es más que una majadería del gobierno de Indonesia. Desde la Human Rights Watch han criticado las medidas discriminatorias que van más allá de estos emoticonos que utilizamos a diario en WhatsApp, y que atañen también a la educación en el país.
Los emoticonos tienen sentido, y debían haber llegado antes
Lo cierto es que llevamos años utilizando los emoticonos y no sólo en WhatsApp, sino mucho tiempo atrás en redes sociales como Facebook, e incluso plataformas de mensajería ya extintas como MSN Messenger. ¿Nadie se había dado cuenta?, o más bien nadie había respondido antes a la carencia de emoticonos que sirvan para expresarse a homosexuales, así como personas de diferentes razas y religiones. Y en Indonesia la estupidez ha tocado techo con la intención, por parte de su gobierno, de eliminar los emoticonos que introducen en nuestro teclado una forma de expresión para gays, lesbianas, transexuales y bisexuales.
Concretamente, los emoticonos que han ofendido al gobierno de Indonesia son los que muestran un corazón entre dos hombres y entre dos mujeres, el beso entre ‘muñecos’ del mismo sexo y las familias de uno o varios hijos también con parejas del mismo sexo. Sin embargo, estos emoticonos no hacen sino representar una evidente realidad que, por otra parte, también existe en su país. Claro que existe en su país. Nos hemos preguntado, ¿de qué será capaz WhatsApp en 2021?