Las contraseñas llevan con nosotros desde años como el método más común para identificarnos e iniciar sesión en la mayoría de servicios que requieren de autenticación, pero parece que algunos estudios dan por hecho que las contraseñas estarían obsoletas y no aportan la seguridad suficiente. Tanto es así ya existen algunos proyectos que trabajan en tecnologías que podrían hacer que nos olvidásemos de las contraseñas en un futuro próximo.
Recientemente, hemos visto como Google comenzaba a probar un nuevo método de inicio de sesión en su cuenta sin la necesidad de contraseña, simplemente con confirmar que somos nosotros a través de una notificación que se recibe en el móvil. Sin embargo, no es la única vez que hemos visto como otras compañías o equipos de investigación comenzaban a probar algunas otras técnicas o tecnologías que podrían hacer que los métodos de identificación sean más seguros sin hacer uso de las contraseñas.
Imágenes y códigos
Hoy mismo, un grupo de investigadores de la Universidad de Plymouth, daba a conocer un nuevo sistema desarrollado con el objetivo de ofrecer un método de identificación libre de contraseñas que nos ofrezca una mayor seguridad y que sea más fácil y barato de utilizar e implementar. Se trata de un sistema al que han llamado GOTPass con el que cada usuario tendrá un nombre de usuario único y elegirá un patrón de desbloqueo de 4×4 parecido al que ofrecen la mayoría de smartphones.
A continuación, el sistema asignará cuatro temas de forma aleatoria entre los que el usuario tendrá que elegir una imagen para cada uno de entre 30 disponibles y desde ese momento, cuando se vaya a identificar, el usuario deberá indicar su nombre, posteriormente indicar el patrón de desbloqueo y finalmente, elegir dos fotos de las elegidas anteriormente entre un total de 16 imágenes mostradas.
Una vez que se identifican correctamente esas dos imágenes, el sistema nos facilitará un código aleatorio de ocho dígitos que será el que nos dé acceso a nuestra cuenta.
Nuestro propio cerebro
No hay dudas de que el campo de la seguridad está avanzando, de hecho, este mismo año hemos visto como un grupo de investigadores estudian la reacción del cerebro humano ante los acrónimos para desarrollar una tecnología que sea aplicable a los sistemas de identificación.
Durante las pruebas realizadas el sistema obtuvo un porcentaje de acierto del 94% basándose en las reacciones cerebrales ante este tipo de estímulos. Un resultado bastante bueno pero que aún no alcanza las cifras necesarias para considerarlo un sistema fiable. Aun así, el estudio sigue en marcha y veremos a ver que nos depara en un futuro.
Emoticonos
El pasado verano veíamos como la compañía británica Intelligent Environments lanzaba un sistema alternativo de seguridad basado en los famosos emoticonos. Varios expertos en seguridad explicaban que para el ser humano es más fácil recordar una combinación de cuatro símbolos o imágenes antes que el texto de una contraseña.
Además, las combinaciones posibles a la hora de juntar cuatro emoticonos se multiplican con respecto a la hora de elegir cuatro dígitos, puesto que existen más variedad de símbolos que de números y de ahí que se les complique la tarea a los ciberdelincuentes.
Ritmo y forma de escribir
Hace unos días, la pequeña startup escocesa AirBaim, mostraba otro innovador método que aumentaría la seguridad de nuestras contraseñas. En este caso, y aunque se basan en lo que se denomina biometría conductual, las contraseñas aún tendrían su papel, ya que en esta ocasión este sistema tiene en cuenta no sólo que el código o contraseña de acceso sea correcto, ya que también tiene en cuenta otros aspectos como la velocidad a la que lo escribimos, la fuerza con que realizamos las pulsaciones o incluso las zonas por donde deslizamos nuestros dedos.
De esta forma, aunque alguien tratase de acceder a nuestras cuentas sabiéndose la contraseña, no podría acceder a ellas si no la introduce exactamente de la misma manera.