Nuestro teléfono móvil se ha convertido en una herramienta muy potente al permitirnos hacer muchas más cosas que limitarnos solo a llamar por teléfono. Ahora, es posible navegar por Internet, jugar a videojuegos de considerable calidad, ver la televisión o experimentar la realidad virtual. Pero curiosamente, llamar con el teléfono o enviar mensajes de texto son dos aspectos en los que los smartphones de hoy en día salen perdiendo al ser comparados con los teléfonos móviles sencillos de hace casi dos décadas.
El regulador de la industria de la telefonía móvil en Reino Unido, Ofcom, ha llevado a cabo un estudio en el que ha comparado la calidad de la señal ofrecida por los viejos teléfonos móviles que utilizábamos antes de la llegada de los smartphones, y los nuevos teléfonos móviles inteligentes más parecidos a un ordenador de bolsillo. La sorprendente conclusión ha sido que para un uso exclusivo de llamadas de voz y mensajería a través de SMS, los antiguos terminales se comportan mucho mejor, proporcionando un mejor rendimiento de la señal telefónica que los actuales.
La principal diferencia radica en la dificultad que tienen algunos de los buques insignia del mercado de captar las señales de telefonía de poca intensidad, provocando pérdidas de cobertura y cortes en la comunicación. Por su parte, los antiguos y pesados teléfonos móviles anteriores a la llegada de los iPhone y los primeros teléfonos Android que usaban las redes 2G, eran capaces de registrar señales mucho más débiles, según las pruebas realizadas en entornos controlados.
Los móviles con mejores materiales obstaculizan la señal
Ofcom ha indicado que un teléfono móvil inteligente necesita de media una señal siete veces más intensa que un móvil básico, y el peor smartphone 3G requiere una señal nueve veces más fuerte al mínimo aconsejado por la GSMA. La causa de estas diferencias podría encontrarse en el empleo de materiales como el vidrio o el metal en la fabricación de los nuevos smartphones. Al contrario que el plástico, estos materiales son responsables de cortar la conexión y no recibir una señal débil en condiciones.
Lo único que no ha trascendido han sido los modelos que se han empleado en el estudio, aunque debido a los materiales examinados, estamos hablando de los segmentos de gama media y alta principalmente. Los casos de falta de cobertura son especialmente problemáticos en zonas rurales o remotas ya que la distancia entre las antenas de telefonía provoca que en muchas zonas sea complicado poder entablar una conversación telefónica.