Ya sabíamos que el uso del teléfono inteligente en la cama está directamente vinculado al insomnio, y en multitud de ocasiones se ha explicado que la luz azul es interpretada por el cerebro como luz diurna, lo que dificulta coger el sueño. Ahora bien, un estudio reciente explica también que el uso del móvil en la cama es un problema para los estudios de los adolescentes.
En el estudio particuparon 3.000 estudiantes de educación secundaria. Según explica uno de los investigadores que lo ha llevado a cabo, hay factores que no dependen de los estudiantes para mejorar la calidad de su sueño y aumentar los resultados académicos, pero hay otros aspectos como el uso del móvil antes de acostarse, que sí podemos controlar. Según explican, el uso del móvil en la cama es uno de los factores de que dependen el fracaso escolar. En el estudio, el 62 por ciento afirmaron utilizar el móvil en la cama, justo antes de dormir.
Según explican, el 57% chatean y ponen tweets en la cama, antes de dormir, y el 21% despierta si llega una notificación. Las conclusiones de este estudio revelan que a un 61% de los encuestados les afecta el uso del móvil en la cama con peores resultados académicos. En otros términos, explican también que en torno al 66% han visto también afectado su sueño.
Los jóvenes que utilizan el móvil en la cama, lo harán también de adultos. En realidad, ahora lo hacen por culpa de nosotros, los adultos, que no explicamos los riesgos que esto supone.
Una vez más, este estudio sugiere dejar el móvil entre 30 y 60 minutos antes de meterse en la cama. Según explica, esto y apagarlo por la noche evita que se empeore la calidad del sueño, y por supuesto impide que podamos despertar a media noche porque ha llegado una notificación. Evidentemente, en lugar de apagarlo también podemos usar el modo avión, o los diferentes modos no molestar, que a fin de cuentas evitarán sonidos, vibraciones y demás durante la noche.