El Parlamento europeo ha solicitado la escisión de la compañía de Mountain View, a lo cual Google, dada la naturaleza de la solicitud, podrá responder según sus intereses. Esta solicitud ha dejado en evidencia el temor de los organismos europeos hacia Google, que representa una parte fundamental de varios grandes mercados y se acerca peligrosamente, una vez más, a una posición dominante.
El temor de Europa hacia Google no es nuevo, en absoluto, y los problemas que se le plantean a la compañía de Mountain View no lo son tampoco. Ahora bien, en esta ocasión se trata tan solo de una solicitud hacia la compañía del buscador, mientras que no se verá obligada según este texto, aunque próximamente sí podría haber movimientos legales encaminados a lo mismo. En cualquier caso, revisando los mercados de los que Google participa, nos damos cuenta de que su posición dominante es un hecho evidente, al mismo tiempo que «peligroso».
Como podéis ver en los siguientes gráficos, Google acumula un 92,38% de las búsquedas de Internet, mientras que Bing, Yahoo y el resto de motores de búsqueda se reparten una mínima parte del «pastel». Además, el 31,45% de los beneficios por publicidad digital corresponden también a Google, mientras que para las plataformas móviles han alcanzado ya una cuota igual al 50,2%. En Europa, si nos mantenemos en el terreno de la telefonía móvil, apreciaremos que el 73,9% de los dispositivos móviles incorporan el sistema operativo móvil Android, también de Google.
Por último, en cuanto a la cuota de mercado de navegadores web, Google ha alcanzado ya el 48,87% con Google Chrome y el navegador web nativo del sistema operativo móvil Android. Sin duda, las cifras son asombrosas, de ahí la situación económica de la compañía de Mountain View y el temor de Europa ante una compañía gigante que cada vez es más gigante aún. Mientras tanto, empresas privadas de todo el mundo -de la escala de Google, no obstante- se mantienen en una «guerra» continua por tratar de demostrar su abuso de posición dominante que, exista o no, no sería en absoluto positiva para la competencia.