Somos millones de personas los que, a diario, utilizamos Internet. Podemos encontrar aquí, en Internet, grandes y pequeñas empresas que buscan vender su producto. También encontramos personas y colectivos que quieren hacerse oír. Pero, de entre todos nosotros, ¿a quién pertenece Internet?
Tras diez años con su navegador web en trabajando en y por Internet, Mozilla nos ha presentado una interesante reflexión. Desde el primer instante, ellos se mantienen como organización sin ánimo de lucro manteniendo, entre otras soluciones, un navegador web gratuito que cumpla con las necesidades de los usuarios de Internet. Como podréis ver en el vídeo que acompaña a esta publicación, tras diez años, plantean una cuestión más que interesante: ¿A quién pertenece Internet?
Como ellos mismos comentan en el vídeo, Internet nos pertenece a nosotros. Ahora bien, ¿es esta la realidad o, tal y como señala su antítesis, estamos nosotros perteneciendo a Internet? Según esta cuestión, evidentemente, no podemos evitar mirar fijamente a grandes compañías, como Google, que condicionan en gran medida la forma en que hacemos uso de Internet. Y es que, como en varias ocasiones han señalado algunos de sus competidores, su posición dominante les lleva a tener un importante control sobre los hábitos de consumo de contenidos de los usuarios en Internet.
Cuando hacemos una búsqueda en Internet, nos referimos haciendo uso de el motor de búsqueda de Google, lo primero que encontraremos será lo que «el anunciante de turno» quiera ponernos delante. Por lo tanto, según este ejemplo, ¿tenemos libre acceso garantizado a toda la información de Internet? Y en este sentido, considerando negativa la respuesta, ¿a quién pertenece Internet?
Y no sólo es llamativo este caso, el que ocupa a Google con su «monopolio» de búsquedas, sino también el que ocupa a los operadores de telecomunicaciones en cuanto a la discriminación en el acceso a Internet. Los precios o la cobertura de sus infraestructuras nos llevan de nuevo, inevitablemente, a cuestionarnos a quién pertenece Internet. En este sentido, peor aún podría ser la situación según las últimas previsiones con respecto a la «neutralidad de la red» que se plantea en la Comisión Europea.