Según publica El Mundo, falta muy poco para que se apruebe el texto de la Ley de Propiedad Intelectual, que afectará a cualquier «soporte idóneo» para grabar y reproducir archivos (CD y DVD, pero también MP3). Tras meses de batallas entre la denominada «industria cultural» y la tecnológica y consumidores, la nueva Ley de Propiedad Intelectual entrará en vigor tras una reforma que no ha gustado a nadie.
A continuación comentaremos algunos de los artículos, pero por ejemplo la nueva ley restringe el concepto de copia privada al ámbito doméstico (no se puede grabar un disco a un amigo, por ejemplo), y regula la instalación de medidas tecnológicas anticopia en los soportes (prohíbe expresamente su elusión), lo que puede impedir realizar la propia copia privada.
La norma traslada el modelo tradicional del canon analógico, que desde 1992 se ha aplicado a casetes y cintas de vídeo, al mundo digital. Este canon es una cantidad fija que las entidades de gestión de derechos de autor cobran como compensación por las copias privadas que el consumidor puede realizar de materiales sujetos a propiedad intelectual. Esa cantidad se tiene que repartir, a su vez, entre los autores.
El artículo 25 (uno de los más largos del repertorio legal español) consagra el canon para los soportes digitales «idóneos», algo que puede abarcar no sólo los CD y DVD vírgenes, sino reproductores MP3, teléfonos móviles multimedia, escáneres, impresoras o lápices de memoria. Aunque la cuantía del canon deberá ser pactada entre la industria y las entidades de gestión, ha de tener el visto bueno del Gobierno.
Lo anterior supondrá un encarecimiento del precio de dichos productos ya que, pese a que las entidades de gestión insistan en que los deudores son los distribuidores, el hecho es que se traslada al precio final. La industria tecnológica y los consumidores, agrupados en la plataforma «Todoscontraelcanon.es», se han quejado de este aspecto, y subrayan que se trata de «una tasa indiscriminada».