Llamar ladrones a la SGAE es ejercer la libertad de expresión

Llamar ladrones a la SGAE es ejercer la libertad de expresión

Javier Sanz

Para el Tribunal Supremo la libertad de expresión está por encima del derecho al honor. Al menos eso es lo que acaba de sentenciar el mayor órgano judicial de este país en el caso que enfrentaba a la SGAE con el sindicato anarquista Confederación Nacional del Trabajo (CNT) al que la entidad gestora había demandado por un artículo muy crítico

Los hechos se remontan a 2007, cuando la página web anarquista publicó un artículo titulado Por la desaparición de la SGAE, a las barricadas, en el que se criticaba duramente a la Sociedad General de Autores y Editores y su forma de recaudar dinero de forma, según el texto, muy injusta.

El artículo hablaba sobre otra demanda de la SGAE, esta contra el sitio web Alasbarricadas.org por unos comentarios contra el cantante Ramoncín que podrían haber violado su derecho al honor. «Si algo sabe hacer la SGAE es robar«, decía el texto que recuerda que si los delincuentes de poca monta son condenados a prisión, “lo lógico sería que a la SGAE se la considerara asociación criminal y sus dirigentes fueran desterrados de por vida a alguna isla desierta, encadenados a un disco de Ramoncín que no parara de sonar».

La demanda fue rechazada por el Juzgado de Primera Instancia en 2009, al considerar el juez que prevalecía la libertad de expresión. Pero la SGAE recurrió y la Audiencia Provincial de Madrid le dio la razón al considerar que sí había una intromisión en su derecho al honor. La CNT a su vez recurrió al Supremo.

Ahora, la sentencia de la Sala Primera del Alto Tribunal estima el recurso de casación de la CNT, al partir de la prevalencia de la libertad de expresión «en un Estado democrático de Derecho» y teniendo en cuenta las «circunstancias» de «elevado interés público» del asunto, al plasmar el conflicto existente entre los detractores y partidarios del cobro de retribuciones económicas por parte de la SGAE.

Para el alto Tribunal, el artículo no les imputaba directamente un delito (robo, ladrones) sino una crítica por las remuneraciones de la SGAE, como causa de un enriquecimiento injusto. Aunque el Supremo reconoce la gravedad de las palabras escritas en la pieza, «no son suficientes para desvirtuar la prevalencia de la libertad de expresión, atendiendo al contexto de fuerte discusión social, nacional e internacional existente sobre el tema y a la falta de alusiones personales».

Pero algo debe estar cambiando en la SGAE. Fuentes de la entidad consultadas por Efe han señalado que se trata de un hecho del pasado y “que en estos nuevos tiempos la entidad aspira a mantener una relación cordial con todas las instituciones y colectivos, incluida la CNT».

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