Vecinos de un municipio se agrupan para denunciar el spam telefónico de Jazztel
Las campañas de márketing telefónico de los operadores siguen generando dolor de cabeza a los ciudadanos. Hartos de las infinitas llamadas telefónicas para dar de alta su línea ADSL con Jazztel, los vecinos de Manzanares (Ciudad Real) han decidido presentar una reclamación conjunta ante la Oficina Municipal de Información al Consumidor.
Tal y como publica el medio de información local ciudarraleña Oretania, un elevado número de vecinos de Manzanares con teléfono fijo están recibiendo en las últimas semanas múltiples llamadas de forma diaria en nombre de Jazztel o de «Multiplataformas de servicios de telecomunicaciones» para que contraten los servicios de telefonía fija e Internet. A pesar de la negativa de los ciudadanos, la compañía ha seguido insistiendo. La persistencia de ésta ha colmado la paciencia de los vecinos, que han optado por presentar las pertinentes reclamaciones ante la OMIC.
Este tipo de campañas de captación de usuarios son lícitas, según la ley, siempre que las llamadas se realicen desde un número identificable. No obstante, la legislación pone a disposición de los ciudadanos varias opciones para evitar la recepción de publicidad sin que ésta sea solicitada. Nos referimos al derecho de oposición de datos y la llamada Lista Robinson, sobre la que las compañías tienen que consultar para no enviar comunicaciones comerciales a aquellas personas que estén inscritas en ella.
Desde el Ayuntamiento de Manzanares se ha anunciado a los vecinos que en muchas ocasiones estas empresas consiguen sus números de teléfono a través de las Páginas Blancas, por lo que se puede pedir la anulación en el registro de esta guía como otra opción para no recibir este tipo de informaciones.
Estamos ante una de las primeras respuestas masivas al llamado «spam telefónico», que sigue a la orden del día a pesar de la Ley 29/2009, que modificaba el régimen de protección de los consumidores y usuarios. Las empresas suelen saltarse la legislación con impunidad, recurriendo a prácticas que dificultan que puedan ser denunciadas. Tal es el caso de las compañías que ocultan sus números haciendo que los usuarios no puedan hacer un seguimiento y demandar a la empresa desde la que se ha producido la llamada, saltándose la normativa.