Las razones del fracaso de la Ley Sinde Wert

Las razones del fracaso de la Ley Sinde Wert

Redacción

La Ley Sinde Wert evidencia la distancia entre la realidad y el discurso de la clase política. Mientras el Gobierno presume de haber acorralado a varios sitios web de enlaces, son varios los motivos que han confirmado esta norma como un fracaso en la lucha contra la llamada «piratería«.

Hace apenas unos días nos hacíamos eco de las declaraciones del secretario de Estado de Cultura, José María Lasalle, en torno al supuesto éxito que había tenido en su opinión la llamada Ley Sinde Wert. Las últimas cifras aportadas hablaban de 71 expedientes contra webs de enlaces tramitados que habían dado lugar a la retirada de algunos contenidos, pero la realidad es que acceder a copias de contenidos con derechos de autor sigue siendo fácil en España, lo que sirve para calificar la apuesta del actual y anterior Gobierno como fiasco.

El intercambio de archivos vía P2P ha vuelto a ser la práctica más habitual en la Red para acceder a estos contenidos. Se trata de un hábito que no es controlado en modo alguno por una norma que igualmente se ha mostrado ineficaz a la hora de censurar webs de enlaces, puesto que éstas se las han ingeniado para ser inmunes a la Comisión de Propiedad Intelectual y su censura.

Otro punto donde reside el mal caminar de la norma impulsada por la anterior ministra de Cultura, Ángeles González Sinde, es la invalidación parcial de su reglamento por parte del Tribunal Supremo en lo que al «reconocimiento implícito de la vulneración de propiedad intelectual» se refiere cuando un webmaster elimine un enlace tras serle requerido.

Si bien legitimó otros aspectos de la ley, el TS dio un revés a un texto poco firme en su elaboración y que ignora la jurisprudencia. No en vano, las sentencias de numerosos jueces hasta la fecha habían declarado a las webs de enlaces como no infractoras en su actividad, lo que sirve para ver a la ley como un intento de acabar con las descargas por la vía extrajudicial.

Hace unos meses se impulsó la denominada Ley Lassalle, cuyo objetivo era endurecer la lucha contra las descargas. Nada más lejos de la realidad. La reducción del concepto de copia privada no ha servido más que para cercenar derechos sin que se aprecie una utilidad real en el combate del Gobierno contra la «piratería».

Quizá debería ser hora de mirar a otros países europeos donde se anunció tiempo atrás que no se legislaría en esta materia ante los nulos efectos que tiene. Suiza y Países Bajos reconocieron que este tipo de leyes antipiratería no sirven para nada y que sería mejor centrar los esfuerzos en otro tipo de políticas. Sin embargo, mucho nos tememos que el empecinamiento de nuestros gobernantes acabará por ignorar este tipo de posturas más constructivas.

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