Si algo ha caracterizado tradicionalmente a las consolas es que éstas ofrecían un hardware común durante un periodo de al menos 6 o 7 años. De esta manera, la experiencia de juego iba a ser la misma (ya fuera buena o mala) en cualquier consola. Sony rompió esta tendencia lanzando PlayStation 4 Pro, una versión con más potencia que PlayStation 4, y tan sólo 3 años después del lanzamiento de la consola original.
Este hecho generó bastante descontento en gran parte de los usuarios cuando se anunció el pasado E3, sobre todo entre aquellos que ya tenían comprada una PlayStation 4 y esperaban obtener el mejor rendimiento en consola durante al menos 4 años más. Pero incluso aquellos que se alegraron de que se lanzara PlayStation 4 Pro han visto como la consola no mejora apenas a la versión anterior, e incluso algunos juegos acaban rindiendo peor y a veces la mejor opción es optar por un DNS.
El hecho de que Sony anunciara PlayStation 4 Pro suponía confirmar lo que ya se palpaba: que la PlayStation 4 original no era capaz de estar a la par en rendimiento por lo rápido que avanzaba el hardware en PC. Una GTX 1080 es en la actualidad 5 veces más potente que una PS4, y una GTX 1070 hasta 3,5 veces.
PlayStation 4 Pro queda, por tanto, a un nivel de rendimiento similar entre una NVIDIA GTX 970 y una AMD RX 480. Lo que Sony se ha cargado es el mito de que los juegos para consola están mejor optimizados, ya que éstos rinden peor que en su antecesora. En mi caso, yo tengo una GTX 970 y no bajo de 60 fps 1080p en ningún juego, mientras que en PS4 Pro casi ninguno mantiene 60 fps estables como vamos a ver a continuación.
Sony sigue pensando en el marketing y no en la experiencia de juego
Apenas se cuentan con los dedos de una mano los juegos de Sony que funcionan a 60 fps en PlayStation 4. Los únicos de Sony que funcionan a 60 fps son ports de PlayStation 3, y sólo algunos de compañías terceras y con mucha acción, como Battlefield 1 o Call of Duty: Infinite Warfare funcionan a 60 fps tanto en PS4 como en PS4 Pro.
La razón de esto es sencilla: Uncharted 4, por ejemplo, luce más a 1080p 30 fps para sacar fotos bonitas en la parte trasera del juego o en capturas de pantalla en campañas publicitarias. Y la llegada de PS4 Pro parecía que iba a traer los 60 fps como estándar, muy necesitado en juegos de acción. Finalmente, lo único que ha recibido Uncharted 4 es una actualización para hacerlo funcionar a 1440p en lugar de 1080p.
Call of Duty: Infinite Warfare funciona a 1080p 60 fps en PS4, y en PS4 Pro alcanza la resolución de 2880×1620. Este aumento de 2,25 veces se corresponde con el aumento de 2,28 veces más TFLOPs que tiene PS4 Pro con respecto a PS4. Esto supone que los usuarios que jueguen en pantallas Full HD a PS4 Pro sólo se beneficiarán del downsampling (jugar a una resolución mayor en una pantalla con menor resolución), que al final es como tener un antialiasing que elimine parte de los dientes de sierra (los cuales acaba destrozando la técnica de checkerboard que utiliza PS4 Pro para reescalar, añadiendo un ligero motion blur que emborrona la imagen).
De momento, Rise of the Tomb Raider es uno de los pocos juegos de PS4 que ofrece una jugabilidad a 1080p 60 fps en PlayStation 4 Pro (aunque en realidad esos fps se queden en unos desbloqueados 30 que rondan los 40-45 fps). Al parecer, casi todos los juegos se van a limitar a mejorar la resolución y punto; una resolución que no llega ni de lejos a 4K, y se queda a medio camino exacto entre 1080p y 4K.
El 4K, reescalado y haciendo trampa
En la presentación de PlayStation 4 Pro, Sony habló con la boca chica el 4K como una de las características más destacables de la consola. El único juego de Sony que funciona en 4K en la consola de manera nativa (y a 30 fps) es el port de The Last of Us, un juego de PlayStation 3. El resto usan resoluciones intermedias alrededor de 2880 x 1620, o a veces ni eso y se quedan en 2560 x 1440, y reescalan a 4K.
En pleno 2016, la única compañía fabricantes de consolas que es consciente de la importancia de la fluidez en los videojuegos es Nintendo, cuyos juegos first funcionan siempre a 60 fps. En PC, los 30 fps son inaceptables, y el mínimo exigible son 60 fps para jugar a un juego con fluidez, y muchos miran con normalidad los monitores de 144 Hz, habiendo ya modelos de marcas como BenQ que alcanzan los 240 Hz, en los límites de la visión humana.
Si esperabas 60 fps estables, PS4 Pro va incluso peor que PS4
El problema es que Sony se ha fijado en el marketing de vender la primera consola compatible con juegos 4K, aunque ellos sólo hayan sacado uno. Ese único juego, The Last of Us, en su modo de 60 fps va peor que la misma versión de PlayStation 4. En ambas consolas tiene ligeras caídas, pero puntualmente el juego funciona a 50 fps en PlayStation 4 Pro, mientras en la versión de PS4 no bajaba más de 4 o 5 fps.
En juegos con mucha acción los 60 fps son casi un anhelo. En Battlefield 1 podemos encontrarnos situaciones donde la PS4 funciona a 34 fps, mientras que PS4 Pro se queda en 43 fps. En diversos vídeos, Digital Foundry ha analizado el rendimiento de los juegos con parches para PS4 Pro. WatchDogs 2 tiene caídas hasta los y casi ‘cinematográficos’ 26 fps en pleno año 2016. En Deus Ex: Mankind Divided el juego puede llegar incluso a 20 fps, mientras la PS4 normal el juego corre a 30 fps. En Skyrim, el juego sigue funcionando a 30 fps, después de que la versión original fuera lanzada en 2011 en todas las plataformas, año en el que yo ya lo jugaba a 60 fps en PC.
Esto incumple las guías establecidas por Sony para hacer un juego compatible con PlayStation 4 Pro, pues la exigencia era que el juego estuviera renderizado como mínimo en 1080p de manera nativa (eso lo cumplen), pero el rendimiento tenía que ser igual o mejor que en PlayStation 4. El problema es que ni la propia Sony cumple con esos requisitos.
Las bajadas de rendimiento en PS4 Pro no solo vienen acompañadas de los tirones que implican los bajos fps, sino que los llamados ‘frame times’, que es el tiempo que queda un fotograma en la pantalla. Estos frame times son irregulares, y algunos se quedan más tiempo que otros en la pantalla, generando una experiencia de juego lenta e imprecisa, totalmente contraria a juegos online como los shooters en primera persona.
Olvídate de reproducir Blu-Ray 4K
Sony ha querido ahorrar el máximo dinero posible con esta nueva consola, y por ello ha prescindido de un elemento vital para disfrutar del 4K: un reproductor Blu-Ray que reproduzca discos 4K. En Sony han utilizado el mismo reproductor que en PS4, por lo que para reproducir contenido en 4K éste tendrá que ser a través de Internet en streaming. Recordamos que la propia Sony ha sido una de las empresas que más ha potenciado el Blu-Ray, pero que en PS4 Pro se ha olvidado de ello.
Prescindir de esto no tiene sentido en una consola que ha de ser un supuesto centro multimedia en el salón. Y es aún peor que la nueva Xbox One S sí incorpore un lector Blu-Ray compatible con películas 4K, dándole una razón de peso a los usuarios para pasarse a la consola de Microsoft.
Project Scorpio está a la vuelta de la esquina
PS4 tiene una capacidad de procesamiento de 1,84 TFLOPs, PS4 Pro tiene 4,2, y Project Scorpio tendrá 6, siendo esta prácticamente la única información técnica que Microsoft anunció cuando dio a conocer la consola. Esta consola saldrá a finales del próximo año 2017, y será un 50% más potente que PS4 Pro.
En resumen, podemos ver que PlayStation 4 Pro no ha cumplido su objetivo inicial de mejorar el rendimiento en los juegos, así como tampoco mejoran sus gráficos. Sony ha desaprovechado la oportunidad de ofrecer una consola que realmente mejore la experiencia de uso de los jugadores, ya que cada vez son más los que prefieren jugar fluido que jugar a un poco más de resolución en televisiones que incluso están dando problemas de compatibilidad con la consola. Si eres de los que juega sobre todo a juegos multiplataforma, siempre tienes la opción de esperarte a Project Scorpio o pasarte a PC. Porque para ti que es mejor ¿jugar en una televisión o en un monitor?
