¿Una semana al año? Sí, según un estudio, permitir el teléfono inteligente en las aulas implica que los alumnos pierdan una semana al año de clase. El problema, asegura el estudio llevado a cabo en Reino Unido, es que los adolescentes, aunque no utilicen su teléfono inteligente durante las clases, están distraídos pensando en las redes sociales y otros usos del dispositivo.
EL estudio que han llevado a cabo los investigadores de la London School Economic apunta a que prohibir el teléfono inteligente en los estudios supone una mejora del 6,4% en los resultados académicos de los estudiantes adolescentes. Los datos que ofrecen se basan en un estudio llevado a cabo sobre menores de 16 años y, por otra parte, también señala que la utilización del mismo hace perder una hora semanal de clase, aproximadamente una semana lectiva cada año. También puedes ver los mejores recursos para estudiantes.
Curiosamente, el mismo estudio aporta otros datos de carácter secundario que, señalan, están relacionados también con el nivel económico en que vive el adolescente. Los estudiantes con menos recursos, tras abandonar el teléfono inteligente en las clases, son capaces de mejorar sus calificaciones en dos veces más que los estudiantes que cuentan con más recursos. Precisamente por este tipo de estadísticas, en Reino Unido tienen claro que mantener el teléfono inteligente fuera de las aulas es fundamental para los alumnos.
Mientras que en España la decisión de permitir o no los teléfonos inteligentes es directamente de los propios institutos y centros de estudios, en Reino Unido el 98% de los institutos mantienen esta prohibición. Y no hablamos de no usar el dispositivo durante las clases, sino directamente de impedir que el alumno acuda a clase con el mismo en su bolsillo o en la mochila. Pero ¿no podría favorecerse el aprendizaje con las tablets para estudiantes?