Casi todos tenemos en casa, guardado en algún armario, un PC de hace varios años que, a pesar de funcionar todavía perfectamente, ya no dispone de las suficientes prestaciones para que podamos trabajar con fluidez a día de hoy con los programas actuales.
Pues bien, en el caso de que seáis amantes de los videojuegos antiguos y que por muy espectaculares y realistas que sean los actuales, los seguís echando de menos, os proponemos una solución gratuita y que puede dar unos resultados muy aparentes para volver a disfrutar como antaño de nuestros juegos favoritos. Para ello tendremos que desempolvar el PC viejo que teníamos guardado en el trastero e instalarle una distribución de Linux Open Source llamada Lakka que se caracteriza por su ligereza y por estar diseñada precisamente para eso, para montar nuestra propia consola retro.
Al ser muy ligera, el consumo de recursos del sistema es mínimo, por lo que ese PC antiguo nos vendrá como anillo a dedo. Además Lakka ya trae preinstalados los emuladores más conocidos como los de PlayStation, MegaDrive, GameBoy o SuperNintendo entre otros muchos. Precisamente por esta razón esta distro está basada en RetroArch, y su puesta en funcionamiento es extremadamente sencilla, incluso para usuarios no demasiado especializados en estas lides. El único pequeño inconveniente con el que nos vamos a encontrar es que la mencionada distribución incorpora los emuladores, como ya hemos dicho, pero no las ROMs necesarias para poder disfrutar de los juegos, esas las tendremos que buscar y descargar nosotros de la Red. Posteriormente para instalarlas y ponerlas en funcionamiento basta con copiarlas al disco del equipo.
Si queremos ir un paso más allá y realizar una pequeña inversión en el proyecto para que los resultados externos sean más atractivos, podemos utilizar, en lugar de un equipo viejo, uno más actual, con un diseño más llamativo o incluso un mini PC tipo RaspBerry Pi o similares para poder conectar el sistema, por ejemplo, al televisor de casa.